Reflexiones de un alfarero imperfecto.

La idea de montar todo un taller de alfarería artesanal en un moderno complejo comercial surge de la imperiosa necesidad de descontextualizar el arte y llevarlo a los rincones más insospechados.

Se trataba de elaborar un formato de taller adecuado, que permita la experimentación en ciclos más cortos. El usuario diseña, elabora su pieza en el torno en aproximadamente 30 min y se la lleva en la mano. Al cabo de ese tiempo, entra un nuevo grupo de personas y la dinámica se repite. La idea es un taller con rotación alta para que puedan participar el mayor número de personas, sin perder calidad en los contenidos ni en el resultado final. En todo ese tiempo, tutelamos el taller y ofrecemos al usuario las herramientas adecuadas para el disfrute de la experiencia.

Queríamos diseñar algo a medio camino entre lo tradicional y lo vanguardista. Me hace gracia y me resulta paradigmático ver fotos de mis talleres de alfarería al lado de tiendas de Zara o H&M (mola mucho). Imagino a mis antepasados  en el mercado y creo que éste es parte de mi nuevo mercado, mi ágora del siglo XXI

¿Por qué es mi mercado? Las grandes superficies se han convertido en espacios de ocio donde se ofertan ingentes cantidades de experiencias (viajes, libros, bienestar etc) a las que se suman los talleres y los eventos temáticos. ¿Por qué no un taller de alfarería? En ese contexto hemos empezado a trabajar hace ya más de cuatro años con el objetivo de desarrollar un formato de calidad, capaz de romper moldes y adaptarse a los condicionantes de las grandes superficies.

Obviamente, en todas estas locuras se necesitan cómplices valientes, creativos, con talento y capacidad para visualizar proyectos de éxito. Yo tuve una suerte enorme de conocer a Alejandro Varillas Covián – Director del www.palaciodelosninos.com y responsable de www.dock39events.com  Alejandro, sin tu aportación, esta semilla no habría sido posible, me gustaría agradecértelo en público. Eres el típico ejecutivo que mejoras todo lo que tocas y parece que no lo tocas pero lo tocas, lo cual tiene más mérito aún. Gracias por tu sensibilidad con la alfarería, es un lujazo aprender de ti.

Juntos desarrollamos procedimientos de trabajo en grandes superficies. Debutamos nada más y nada menos que en Madrid Xanadú, cuidando cada detalle del protocolo; montaje, marketing, implementación del taller, tiempos etc. No resultaría elegante ni objetivo por mi parte hablar del resultado final del taller y del grado de satisfacción del cliente, prefiero centrarme en la cantidad de talleres que repetimos después y en  los que nos faltan por hacer.

Tráfico de gente, entusiasmo, talleres a medida, demostraciones. Algo cariñoso, artesanal y diferente. Llegó el momento de romper moldes, se avecina la era de las emociones a flor de piel y de los talleres de alfarería en grandes superficies.