Todo empieza cuando Natalia y Noe me escriben y me dicen que quieren un team building para su gente de www.cruzroja.es

Me imaginaba que estaríamos hablando de su plantilla, de su personal interno pero cual fue mi sorpresa cuando me dijeron que se trataba de una recompensa para sus voluntarios.

¿Sabéis quienes son ellos? ¿en qué lugar se enamoraron de la vida? ¿de dónde son? ¿a qué dedican el tiempo libre?

Son gente anónima, de profesiones variadas y en algunos casos al margen ya de la vida profesional en activo. Dedican su tiempo libre, de manera absolutamente desinteresada al acompañamiento de las personas mayores. Repito, “dedican su tiempo libre, de manera completamente altruista, al acompañamiento de personas mayores” la mayor parte de ellas en situación de dependencia. ¿Sobran palabras no?

¿En qué lugar se enamoraron de la vida? ¿Qué motivación les lleva a dejar una huella tan bella?

Cuando arrancó el taller obtuve algunas pistas.

Se enamoraron de la vida desde el instante en que decidieron afrontarla como una oportunidad para ser feliz, para mancharse las manos de barro, para explorar con los colores, para reírse de si mismos incluso en las situaciones más adversas.

Para la segunda pregunta no tengo respuesta. Cada uno tendrá sus propias motivaciones, sin embargo, cuando veo que entre ellos se pintan la nariz con naturalidad y dejan sus propias huellas en la piel del otro, deduzco, que para ellos, hacer feliz a los demás, es una cuestión de normalidad.

Seres humanos como vosotros sois la normalidad más bella que conozco.

Gracias amig@s, el team building lo he recibido yo.